Sigo en mi línea de árboles y más árboles. Al menos ya aparecen caras menos infantiles... Debo reconocer que este dibujo del domingo no se me habría ocurrido de no ver asiduamente los dibujos de Elia Fernández, cuyo arte admiro mucho, y que no se te va de la cabeza (su blog aparece en mi lista, a la derecha, echadle un ojo que merece la pena). Siento copiar su idea del corazón del que salen cosas de acuarela, pero es que me viene al pelo para expresar lo que dice el evangelio del domingo. Es tal cual lo siento. Ya lo explicaré cuando esté acabado.
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