Es increíble la cantidad de trabajo que se me acumula a veces. Y no es que lo deje todo para el último día, es que estar estudiando Bellas Artes es en sí agotador, y si a eso le sumamos los proyectos personales, los encargos, las peticiones de amigos... la conclusión es que una vive sin vivir en sí.
Por eso viene al pelo esta imagen: es un ensayo que hice para una ilustración del cuento en el que estoy trabajando ahora mismo. Al final la imagen definitiva fue distinta, pero esta imagen quedó y me gusta muchísimo. Para que no caiga en el olvido, os dejo al pequeño Arturo trabajando febrilmente.
¡Un abrazo!